Soñé que un antiguo amor venía a visitarme con su nueva novia. A primera vista la mujer parecía buena, no era bonita pero sonreía. Transcurría la visita como transcurren los sueños, sin orden alguno. Ya vista de cerca la mujer era muy fea y algo vieja. Alguien contaba una anécdota de Guanajuato, yo ofrecía refresco y papitas que la mujer devoraba con ansiedad. De pronto descubría con asombro que ella era una bruja, además de sus malos modales para comer la delataba una larga cola descarnada que tenía pegada a la pierna izquierda (que yo sepa, en la vigilia no existen anécdotas de brujas con rabos o no son éstos los que las definen, en fin); yo sabía que tenía que advertir a mi amigo el peligro que corría a su lado, pero cómo, lo iba a interpretar como celos. Mientras yo estaba angustiada e iba de un lado para otro, la mujer comenzaba su rápida transformación en un horrible monstruo con escamas. Él, increíblemente, la miraba enamorado. Ya desesperada por la situación francamente ridícula me despedía de ellos con el pretexto de irme a dormir, lanzaba un largo y falso bostezo. Abría la ventana y emprendía el vuelo.
Vero bonita, ser ave ya es ganancia. ¿Cuál?, poco importa. Mientras puedas escapar de las brujas, y salvar a nosotros tus amigos de ellas, todo irá bien.
Un abrazo.
Un abrazo, Iván.
Chin, escribí «ves» con «z» y olvidé la «o» entre «casado» y «de novio». Creo que ya estoy hechizado.
Jajajaja, no hechizado, pero sí encantado…r!!!
Ups! Espero no ser yo tu amigo del sueño. Y si alguna vez me vez casado de novio de alguna bruja, adviértemelo. Rompe el hechizo.
Un abrazo!
Ay, gracias por leerme. Me da penita cuando escribo cosas tan íntimas como los sueños, porque a menudo me pregunto ¿será que alguien me puede psicoanalizar? oh dios, no. Si un día te veo con una bruja, sólo espero no ser yo, creo que tengo aptitudes.