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Centella

centella

Es curiosa y triste la manera en que mueren las palabras dentro de un idioma. O peor, la forma en que se desvanece y se pierde la asombrosa realidad a través de ellas.

En español existe una suerte de interjección famosa e inusual que estuvo de moda hace ya algunos años, creo que a partir del furor de una serie de telvisión basada en un cómic de superhéroes. La expresión es: «Rayos y centellas».

Como en todas las expresiones de este tipo, lo importante es entender su uso y no su literalidad, durante mucho tiempo ignoré lo que significaba la segunda palabra. El DRAE no disipó del todo mi duda, pero sí mis expectativas, al definirla simplemente como una «chispa».

Fue un sabio amigo, maestro de Física,  quien me explicó de una manera bellísima qué cosa es una centella. Transcribo sus palabras con la fidelidad que a mi memoria le es posible y con la esperanza de transmitir ese estado de fantasía en que me envolvió su plática: «Una centella es como un rayo, pero esférico. Además, su movimiento no es vertical ni oblicuo, sino que suele ser horizontal. Puede flotar en el aire y permanecer así durante varios segundos, e incluso minutos, antes de explotar. Es un fenómeno observado con mayor frecuencia en zonas frías donde llueve constantemente. Cuando vivía en Rumania, en una ocasión, se mencionó el caso, ya no reciente, de una centella que entró a una casa por la puerta; a lo que un anciano creyó oportuno recomendarnos que, si eso nos ocurría, lo mejor era no movernos, pues el aire las podría atraer y hacer estallar contra nosotros.»

Días después de hablar sobre esto, él mismo recordó que hay una película de Nikita Mijalkov en la que se presenta una situación semejante a la narrada en Rumania. No conozco la película, pero puedo imaginarme la hermosa escena. 

 

Psicoanálisis

Esta definición la copio de un diario de Adolfo Bioy Casares:

Psicoanálisis: Una seudociencia, que halla justificación en su eficacia curativa, que no existe.

Acústicos

Según los pitagóricos, acústicos son aquéllos que han aprendido a escuchar y callar.

El hombre

Un personaje solitario en extremo, detestable desde su nacimiento debido a sus rasgos físicos, ha soportado su estado de deplorable existencia ¿a base de qué? ¿desde qué parámetro piensa la felicidad o la belleza? ¿qué extraña voluntad habita su cuerpo deforme? ¿qué dioses oscuros lo acompañan?

Revelación

Pienso en un cuento, quizás para niños, que relate la amistad entre un hombre y su caballo; éste muere y el hombre vive una larga vida en la cual adopta la esperanza de encontrarlo y compartir de nuevo, después de la muerte, la dicha de su compañía; cuando el hombre fallece, tristemente descubre que hay un cielo para cada especie.

Circunstancias

El transcurso de una vida exitosa es interrumpido en su cotidianidad por una idea insoportable que transtorna de manera terrible la mente de nuestro personaje principal. Todo comienza narrándose bajo circunstancias que aparentan ser presentimientos, pronto se descubre que en realidad son recuerdos. En algún momento de la historia, el personaje escribe en su diario: «En ese instante comprendí que ya había muerto».

Henry James

A Henry James creo haberlo conocido antes de leerlo. Recuerdo que mi primer encuentro con su narrativa tuvo lugar en un relato antologado por Italo Calvino en un libro de cuentos fantásticos. El relato se titula «The Friends of the Friends», espléndida narración de circunstancias mentales y predestinación.
Digo que antes de leerlo ya lo conocía, porque la dicha que me brindó su lectura fue equiparable a la que se produce al llegar a un lugar nuevo, pero con elementos de una configuración familiar que nos resultan hospitalarios.
En ese primer relato reconocí la fabulación del doble, la emanación fantasma de la conciencia de los personajes, la construcción paciente de la trama y la fuerza central del destino como argumento; elementos todos cercanos a Stevenson, a Conrad y a Hawthorne.
En James, como en éstos, el prodigio ocurre en la voz, en la instancia delegada de la historia; el prodigio es la narración en sí, la selección precisa de las palabras y su secuencia.

El comienzo

«Señala con una marca roja la primera página del libro, pues la herida es invisible en su comienzo». Edmund Jabès

Toda la escritura que este archivo contenga será, lo pienso anticipadamente, una rara prolongación de mi soledad, una sucesiva consagración de pequeñas muertes.

Aún no sé bien para quién lo escribo, quizás un día  estas líneas me asalten en el asombro de mi desmemoria. Mejor es pensar que lo dedico al silencio.